Llegue a ti con muchas ilusiones,
creyendo tus promesas, que contigo todo sería posible.
Me acostumbre a tus silencios, a tus inconstancias, muchas fueron las
palabras guardadas desoyendo las voces de amigos y familiares que me
advirtieron.
Lo que hacías por mí me lo hacías como favor y siempre te empeñaste en aclarármelo.
Nada tengo que reclamarte, lo que había que hacerlo lo hice en su
oportunidad y me convencí de que era un trámite inútil.
Hoy me llego la señal que estaba esperando.